4 que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida?
Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de
la
creación».
5 Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos
cielos y también una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas
por la Palabra de Dios,
6 y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las
aguas del diluvio,
7 y que los cielos y la tierra presentes, por esa misma Palabra, están
reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de
la
destrucción de los impíos.
8 Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día
es como mil años y, = mil años, como un día. =
9 No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como
algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo
que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.